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Céline Demarcq. "Che(z) Céline".

“Lo más difícil fue salir con la mochila. Fui sin pensar tanto. Si pensás nunca lo hacés. El sueño concretado es el de ir haciendo algo muy personal, algo que tenés ahi dentro tuyo y que se va haciendo realidad”.-

Late. Trabajaba en publicidad en París y pues...¡Me cansé! París, es muy lindo...para pasear. Vivir es realmente otra cosa. La gente es muy cerrada. Me empecé a preguntar qué hacer: Crecer profesionalmente, trabajar más y más, ¿Con qué fin? Las respuestas no me convencían: irme de vacaciones tres veces al año e invertir en un departamento que en París es un cajón de zapatos de veintidós metros cuadrados sin ascensor y pagarlo durante 30 años. La verdad no era lo que más me copaba.



El sueño. Tenía dentro mío las ganas de abrir un bed & breakfast. Era un sueño latente. Cada vez que me iba de vacaciones, caía en estos lugares. La idea de los bed & breakfast, especialmente en Francia, se acompaña de una cocina muy casera y muy familiar. A veces hay dos comensales a veces diez, pero todo bien.



La mesada. Yo siempre cociné, desde que llegue a alcanzar la mesada desde mi metro de altura.



Hacer la américa (del sur). Nunca había venido a Sudamérica. Algo dentro de las entrañas me decía que tenía que dar una vuelta por ahí, que seguramente había una atracción.

El Salto. Yo pasaba mucho tiempo pensando pero no ejecutaba. Me puse como punto final el día que tuviese que dejar mi departamento en París. Saltar tuvo que ver con algo de instinto y algo de circunstancias. Estaba sub-alquilando el departamento a un chabón de la ONU. El tipo recibió amenazas de muerte y tuvo que volver. Mientras esperaba su próxima misión, su mujer quedó embarazada y decidieron quedarse.  Me tenía que ir y supe que era el momento indicado.



Feliz, signo de pregunta. Todo el mundo creyó que estaba totalmente loca. “Tenés todo para ser feliz”. Todos repetían esa frase. Yo, por dentro, pensaba “no lo soy”. Otra sorpresa de la vida fue el fallecimiento de mi mamá. Después de eso fue un hecho, me iba a ir sí o sí.



Antecedente. Unos años antes cambié mis tradicionales vacaciones súper relax por algo más comunitario. Dí clases de inglés a refugiados en Haití, después del tsunami. Volví bastante transformada. Hubo el factor basta de París. Todos quejándose porque no se pudieron comprar "no se qué". La parisina es muy así. Influyó porque me cambió la mirada. Me di cuenta que no me correspondía ese lugar. La publicidad es algo tan ficticio! Tenías que quedarte a trabajar hasta las once de la noche para cambiar un logo de dos milímetros, o sino el mundo se iba a derrumbar.



Cuba-Ushuaia. Salí un veintiseis de Enero. (piensa). Principios de 2009. Tenía veintiseis. La idea era recorrer el continente, desde Cuba hasta Ushuaia. A mí velocidad. Cualquier cosa volvía. No había planes en sí. Sólo una consigna: el día en que encontrase el lugar indicado, abriría mi bed & breakfast. 



El viaje. Empecé a toda velocidad. Iba bajando, bajando sola. De a poco me acostumbré al ritmo de mochilera. Después de tres meses llegué a Nicaragua. Había un terreno ideal para instalar mi bed & breakfast. No lo sentí. Seguí. Mi viaje recién arrancaba. En Manizales, Colombia encontré gente súper copada. Me sentía muy bien ahí. Un día, saliendo de un bar, me encontré con alguien que hablaba francés y así, de una, encontré un trabajito. En el interín recibí un mail. Una amiga ya se había sacado un pasaje a Brasil y me invitaba a encontrarme con ella en dos meses. Tenía que seguir, al menos hasta Brasil. Así que seguí.



Sigo y sigo, bajando bajando. En cada etapa me iba encontrando con gente. Casi estaba por llegar mi cumpleaños. ¿Con quién lo iba a pasar? Tenía amigos en Asunción, Paraguay, decidí que sería allí.



Colgar los timbos. Lo terminé pasando en un cyber, conectada con Francia. Cansada de hacer la mochila, empecé a dudar. Hacía diez meses que andaba con la misma ropa, toda sucia, toda rota. Bus, hostal, "where are you from?" y empezar de cero en cada lugar donde llegaba.



Amigos son los amigos. Estaba lista para abandonar. Le confesé a un amigo que me iba a volver. Me frenó en seco. NI LOCA, ni se te ocurra. Nos dijiste que ibas a ir hasta Ushuaia, así que por favor me vas a bajar hasta ahí, después si querés te volvés, pero vas a ir hasta Ushuaia. Pensamos juntos y me di cuenta que si me tomaba un bondi, en veinte horas llegaba a Buenos Aires.



Espagnol. Yo lo hablaba de lo aprendido en la escuela. Me tenías que ver en Cuba hablando español (risas). Lo entendía mucho mejor que lo que lo hablaba. La fluidez llegó de a poco, entre viajar y llegar a Buenos Aires.



San Telmo, amigos y demás. Alquilé un departamento temporario. Me tenía que quedar en Palermo y por un problemita terminé en San Telmo. De repente empecé a conocer gente muy fácilmente, a hacer actividades, a ir a clases de tango, a clases de arte. El panorama cambiaba: tenía una casa, amigos. Como hacía en París, empecé a recibir a mis amigos en casa y a cocinarles. Sin hacer nada espectacular, empezaron los chistes “tendrías que ponerte un restaurante”.  Me daba cuenta que era complicado encontrar algunos productos que solía poner en mis comidas, buenos quesos, había muy pocas tiendas gourmet.





La olla de la verdad. La gastronomía es un trabajo muy esclavo, muy físico, muy demandante. Ni cuento cuántas horas trabajo. Pero al mismo tiempo es algo tan humano, sincero y apasionante. No parás de compartir. Que sea en la relación con tu equipo o con la gente. El argentino en sí que te dice pero vení, sentate acá, explícanos. Hay algo muy compartido con nuestros comensales. Te duelen las piernas, no das más, pero en tu restaurant una pareja se está besando por primera vez. Ya son las dos de la mañana y no podés molestar. Ellos no saben que vos regresarás el dia siguiente a las diez para limpiar el piso. En el momento en que estás por tirar la toalla hay un cliente que se acerca y te agradece de corazón por lo que acaba de comer. Eso me da resto para otras doce horas más.



La french touch. Hay una parte también muy cliché del francés, seguramente es un atractivo adicional. Yo soy coordinadora de todos y doy la french touch. Somos pocos, siempre los mismos, todos muy relacionados al proyecto. No hay jerarquía, no hay supervisor.



La elección de este camino.  Muchos factores hicieron que las cosas se hayan dado de la manera que se dieron. No pienso que se puedan encontrar las mismas personas y los mismos lugares. Aprendí que la vida está llena de sorpresas, así que mejor vivirla. Mi temperamento es ir para adelante y no dudar.





 

 

El camino. El proyecto cambió bastante por el tamaño de la casa. Arrancamos con una tienda gourmet en el primer piso y arriba restaurant. Abrimos un verano, con veinte o treinta cubiertos, bastante como para empezar. Hoy estamos por cumplir el segundo año.  



Dibujo de carta. El primer dibujo de carta lo hice con un amigo mio chef de París. La propuesta era la de una gastronomía muy sencilla, usando poca mercadería para evitar que cunda el pánico si el restaurant se llenaba. Era pleno verano, mucho calor asi que proponíamos unas picadas, sandwiches con toques gourmets.



Certitudesless. Cuando empezó el problema de las importaciones  quedó claro que teníamos que dedicarnos de lleno al tema de restaurant. Con la idea de la tienda gourmet, iba a ser muy complicado avanzar. Empecé cocinando yo misma. No sabía qué hacer sola en la cocina, cuántos cubiertos meter, mucha incertidumbre. Estábamos abiertos mediodía y noche porque no sabíamos que era lo que iba a funcionar. Teníamos un plato del día y eran las once y media de la mañana y ni había prendido el horno. Un caos.



En marcha. Imaginate, tuve que hacer entrevistas de trabajo, ¡en castellano además! Tuve que aprender todo de cero y rápido. Desde relacionarme con proveedores hasta el nombre de las marcas de jamón cocido. No se de donde salió el físico para hacer todas estas cosas, pero salió. La gastronomía es algo muy sincero. Si el plato no gusta, la gente no vuelve.



Pasos al fin. De a poco fuimos incorporando gente en la cocina, en el salón, a poner más mesas. Fuimos definiendo el rumbo culinario del restaurant: empezamos a refinar la comida, proponiendo una cocina como en la familia francesa, bien hogareña, seleccionamos minuciosamente los ingredientes, para ser distintos sin ser inaccesibles. Fue una experiencia tan intensa. En dos años crecí como si hubiesen sido diez.



In action. Lo más difícil fue salir con la mochila. Fui sin pensar tanto. Si pensás nunca lo hacés. Mi sueño era abrir un bed & breakfast, hoy no es exactamente eso. Igualmente, el sueño concretado es el de ir haciendo algo muy personal, algo que tenés ahí dentro tuyo y que se va haciendo realidad. Demoré bastante hasta realizarlo, porque al principio estás tan metido adentro que ni te das cuenta lo que está pasando.

 

De norte a sur.  Empezó a crecer en mi un pensamiento “Argentina me copa”. No conocía ni el norte ni el sur, así que empecé por el norte. Llegué a Salta y me topé con un restaurant. Una especie de tienda gourmet de una mujer encantadora. Ella vendía sus vinos, algunos quesos y hacía su pan casero. “Es esto”. Había encontrado lo que sería mi proyecto.



De sur a norte. Regresé a Buenos Aires con la idea fija. Empecé a investigar este tipo de lugares, cómo son, donde están. Pero todavía no conocía Ushuaia. Frené. Decidí hacerlo de otra manera. Hacía tres meses y medio que estaba en la misma ciudad. Nunca antes me había quedado tanto tiempo sin moverme. Asi que bajé. Bajé despacito. En camioneta esta vez. Pensé, pensé y pensé. Este proyecto iba a tener que armarse en Buenos Aires. Cuando regresé de mi famoso viaje, el “me quedo” era un hecho.



L'idée fixe. La idea concreta era abrir una tienda gourmet, algo muy chiquito con un máximo de seis mesas para dos personas, para nada en San Telmo. ¿Puede haber algo más opuesto a lo que es el restaurant hoy? (risas).



La casa. (NDLR es increíble, enorme, magnética) Cada vez hay un amigo en el camino. Con la casa fue igual. Un amigo tenía un amigo de un amigo (ironiza) bastante empapado en el rubro gastronómico que me podía ayudar a encontrar un local. Esa persona un día me llama y me dice:

-Venite, encontré un lugar.
-¿Dónde está?
-San Telmo.
-Ni en pedo, vivo en San Telmo, amo San Telmo pero el local nunca va a funcionar. Demasiado gourmet, francés, no sé...
-Vení a verlo.



Los comienzos. Me encontré con una casa totalmente destrozada pero con una onda fatal. Después de la primer visita, ya estaba dibujando cosas. Esa noche soñe el proyecto. Es como cuando buscas una casa para vos. Sabés al toque si te gustó, si te proyectás, si te atrajo algo. En dos meses diseñamos y reciclamos todo.  Ese fue uno de los pasos más difíciles. Estaba segura que el proyecto en sí era, pero por la casa tuve una intuición medio loca.





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