top of page

Marianela Leguizamón. "Calaveras y saltitos (al vacío)".

“Somos tantos haciendo arte en la calle! Nunca van a poder controlar lo que queremos decir."

El arte callejero la conoce bajo su seudónimo, “La Wife”. Y por sus pegatinas llenas de calaveras. Y por su bici tuneada que la lleva a todos lados. Este, el mundo autogestionado de Marianela.



Decido, luego existo.  Tengo un lema. Hacer lo que te gusta es lo que te lleva al éxito.Yo decidí dejar de hacer publicidad.



Reflejos. Soy del interior, de Puerto Madryn, Chubut. Me vine a los 18. Me formé como artista. Mi vieja, divorciada. Mi viejo nunca pasó un centavo. Ella era bióloga y valiente. Nos enseño a mi hermana y a mi a elegir nuestra carrera por gusto, no por cálculo de cuánto íbamos a ganar.  Mi abuelo era pintor, era artista. Un día le dijo a mi bisabuelo que quería ser artista y mi bisabuelo le dijo “te vas a morir de hambre, te meto en una escuela militar”. Mi abuelo se hizo echar de la escuela militar y se metió a estudiar arte. Le fue bien. Terminó diseñando y haciendo cosas creativas. Hizo lo que le gustaba.



Inicios. Hice la carrera. Me choqué de frente con el típico vacío post-estudio. Me tiré el piletazo al mundo. El primer laburo que tuve: sacaba piojos en una peluquería de niños, una cosa bizarra total. Ahí me compré mi primera cámara de fotos analógica.



Bienvenida al mundo real. En 2003, por una amiga que laburaba en producción, entré al equipo de vestuario de un programa de televisión. Después en publicidad. Siempre fui creativa, me gustaba la ropa, tenía facilidad y trabajando aprendí el oficio. La plata rendía bárbaro pero mi labor como artista siempre quedaba en un segundo plano. Yo ya estaba recibida, pero no tenia una producción real como artista. Lo que sí tenia era una llama interior, pero todavía no había estallado.



El taller. Plena crisis de 2001. Hice una serie de pinturas y las mostré. Tenía un tallercito. Fue clave para empezar a crear. Una idea se repetía en mi cabeza “quiero hacer algo de lo mío”. Me empezó a interesar el arte callejero. Y salir a hacer pegatinas fue un cambio radical en mi. Desde el 2007 hasta el día de hoy se fue transformando: dejé de hacer publicidad casi por completo para ver de que manera podía vivir de mi arte. Desde ese momento siento que respondí mucho a mis deseos: por suerte me animé.



Bienvenidos al tren. Cuando empecé a pintar me subí a un tren del que no me pude bajar. Mi esencia se desarrolló por completo. Ahora mi vida es alrededor de mi trabajo como artista.  Estoy orientada a mi energía y encima tiene que ver conmigo, con mi esencia. Todo cierra.





Malabarista. No hago nada que ningún argentino hoy en día no haga. Es una lucha constante y diaria porque la incertidumbre está. Hace un tiempo que me destraumé con el tema porque empecé a ver que nadie la tiene segura. Soy freelance hace mucho tiempo y estoy acostumbrada al vaivén. Tengo que juntar todos los meses cierta cantidad de dinero para cubrir todos mis gastos. Empecé a buscar el modo en que yo pudiera articular mi deseo de ser artista para que eso me sustentara.



Agito por todos lados. Dio la casualidad que yo participaba de un colectivo de arte donde hacíamos pegatinas. Se me ocurrió la idea de armar un taller. Me di cuenta que me gustaba y que quizás como salida laboral podía estar bueno. Este año lo desarrollé un montón y viví de eso y de otras cosas que hago: armo una tiendita acá en mi casa, vendo obra, hago ilustración o cada tanto hago algún laburito en vestuario.



Pegatinas. Son intervenciones urbanas. ¿Viste los posters de la calle de propaganda,?fotos de productos? Es lo mismo.Yo pinto sobre papel afiche y después salgo a la calle y lo pego. Esta obra  es efímera. Es una intervención callejera, cae dentro del street art. Trabajo mucho con un personaje: la calavera.​​



Explorar la calle. Se me abrió todo un mundo cuando empecé a explorar la calle y a desarrollar mi obra. Yo había dejado de pintar. Había perdido la práctica, la inquietud de explorar, de experimentar con colores. Con esta técnica me animo a experimentar más. Es una obra que voy a dejar ir, una intervención callejera efímera. No es un bastidor que voy a vender. Eso me da más libertad.



Personaje. La calavera es la representación de la muerte. Yo en la Patagonia veía muchos restos de animales cuando andaba caminando. El paisaje me influyó mucho, la meseta, medio desértico, plantitas achaparradas, colores tierra. Andaba por ahí potreando y veías animales muertos, cabezas de animales, cuernos. Empezó a aparecer esa imagen y la dejo fluir, está ahí aparece y aparece. A mi me encanta vivir acá pero algún día voy a volver a la naturaleza.



Persistencia. La lucha en principio es con los miedos propios y los pre-conceptos que la sociedad genera. Pero cuando hago algo que tiene que ver con lo que soy, no me da dudas. La duda se vence con  perseverancia. Si se te ocurre una idea y decís “es brillante” y después decís “no va a dar resultado”, la verdad es que no va a dar resultado. Si durante un instante tuviste una claridad, hay que trabajar con uno mismo para no perderla. 



 

 

Curva de aprendizaje. Las cosas se dan cuando se dan y los caminos de aprendizaje llevan su tiempo. Yo estoy en este camino desde 2007. Empecé a prestarle atención a las cosas que me daban felicidad. Y lo tomaba como una señal. Primero hay que saber que es lo que uno quiere. Esa parte es re difícil. Una vez que ya sabes que es lo que querés, sos una flecha. Una certeza interior que te va llevando y ahi no te para nadie. Lo que uno realmente quiere hacer lo haces: no hay otra.

Another brick in the wall. Nuestra cultura es un arma de doble filo. Vivimos en una cultura capitalista. A todos nos gusta tener y conseguir cosas que nos gustan, vivir en un lugar lindo, tener lindos muebles. Los seres humanos, como seres sensibles que somos, nos gusta la belleza y está re bien eso. Sólo que hay que estar atentos a no comerse cualquier flash de miedo que el capitalismo nos quiere meter en el bocho y ser fieles a lo que queremos ser. Porque ahí te despersonalizás y caes en ser una tuerca más del engranaje. 



Creer. Creo en la energía, somos consciencias que vamos ocupando cuerpos en tiempos y planos. Pienso que todas las religiones hablan de lo mismo. El amor es la que va. Es la base de todo. Sería bueno que a todos nos rija esa ley. Me parece fundamental primero quererse a uno mismo y saber que es lo que uno quiere. Y hacerlo. Es una forma de amor. Después, si eso sucede, el amor va más allá de todo. Puedo establecer un vínculo con alguien que piensa distinto, puedo respetarlo igual. Si el otro se mueve en el amor, tiene que dar resultado. La base de todo es creer en uno miso, quererse, respetarse, ser impecable con las palabras, hacer y ser lo que te gusta. Hay que trabajar las partes oscuras de uno y poder vincularte con los demás dejando la parte negativa del ego de lado. 





 

 

 



Transformación. Siento que estamos viviendo una época de transformación bastante visible a nivel social. El sistema capitalista no da para más. Yo me di cuenta que me servía más armarme mi propio formato. Me dije quiero ser quien soy, yo no soy este modelo. Soy un ser único e irrepetible con estos deseos. Cuando ves la vida así, te cambia tanto la cabeza. Baja un montón el interés por el consumo. Tenés que cambiar quizá un poco tu estilo de vida pero no vas a dejar de tener cosas o lograr cosas. Vas a lorgar lo mismo, quizás tardás un poco más porque tenés menos recursos. Da tremendo miedo! Porque para ser esto tuve que dejar ir un montón de cosas y tirarme a un espacio a volar y que Dios me ayude.



Rebel ¿rebel?. Para mí vivir de lo que me gusta y hacer lo que me gusta no es una rebeldía, es re natural. Vivimos en una sociedad etiquetadora y vista a los ojos de otro puedo ser una rebel. Pero acá no se trata de ser rebelde o no. Hago lo que me gusta porque necesito hacerlo. Para mi pintar es como respirar. Forma parte de mi ser y lo más natural es que lo haga. Me di cuenta hace años que soy creativa, me gusta pintar y soy artista. Bueno soy eso. Es natural.



bottom of page