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Josefina Sruoga. "Con la camiseta puesta".

“Entramos a la cancha con una cierta presión, linda, pero con la idea de que tenemos que dejar a la Argentina bien parada. No es una presión mala, es lo más lindo que te puede pasar estar ahí.”


Una vida de club. Nunca pensé “tengo que jugar al hockey”. Tengo tres hermanas más grandes, todas mujeres y desde que nací vengo a GEBA. Era una idea de nuestros viejos. Querían que estemos al aire libre y siempre les gustó que hagamos un deporte de equipo. Con los años me di cuenta lo importante que es. Mis hermanas empezaron a hacer hockey y yo lo heredé de ellas. Tenía cuatro, cinco años y las veía jugar. No podía más de mirarlas... un día me metí en una cancha y agarré un palo: así fue como empecé.



El hobby. Nunca me imaginé que iba a dedicar mi vida al hockey. Siempre fue mi hobby. Mi rutina se resumía a ir al colegio, entrenar martes y jueves, los sábados partido. Para mi mamá el estudio siempre estaba primero: me dejaba hacer lo que quisiese pero primero tenía que terminar toda la primaria y la secundaria. Fui creciendo y esto que parecía un pasatiempo se convirtió en un hábito. No me imaginaba haciendo otra cosa. A los 15 que empecé a tomar un poco más de consciencia de que realmente era una parte clave de mi vida. Cuando me llamaron al junior nacional caí donde estaba y ahí si empecé a aspirar a jugar en un seleccionado mayor.



Primeras decisiones. Tuve que empezar a tomar decisiones porque hockey no era muy compatible con mis estudios. El viaje de egresados de quinto año no lo hice: tenía un torneo. Cuando tenía concentraciones, tenía que hablar en el colegio, explicar la situación. En mi cabeza iba armando una idea de lo que el hockey era para mí. Así duré hasta 5to año yendo y viniendo.



Rutas. Cuando terminé el secundario el camino era bastante incierto. Empecé a estudiar bioquímica, no sabía en que me estaba metiendo. Después cambié a medicina, seguía en el CBC pero tuve que dejar porque no puede terminar las materias. Tenía que cumplir con mis responsabilidades con el club y los seleccionados. El año pasado finalmente empecé nutrición: algo relacionado a la medicina y al deporte, pero que no es tanto como medicina. Tengo que poner en la balanza: todo no puedo hacer y mi prioridad es el deporte. Entreno diariamente y viajamos mucho con la selección: seguir un ritmo normal de persona normal de facultad y trabajo es un imposible.



¿Jugadora de hockey? Nunca en la vida dije “quiero ser jugadora de hockey”. Se fue dando. Ahora hay un apoyo mas grande del gobierno y del Enard al equipo nacional. Igual es un deporte amateur: aparte tenés que estudiar o trabajar o irte a jugar afuera. Para mí no sólo es mi trabajo. La gente me dice “es tu trabajo porque no haces otra cosa”. Yo no lo puedo ver así pero es a lo que me dedico. Entreno de lunes a viernes todo el día y viajamos un montón.






 

 







Junior-mayor-leona. Cuando jugué el junior nacional empecé a darme cuenta que había algo. A principios de 2009 me convocaron al seleccionado mayor. Entrenaba con el junior y con el mayor.  El Chapa Retegui que dirigía también el seleccionado nos entrenaba en el club en ese momento. Él conocía mi juego. A través de la página web de la Confederación Argentina de Hockey se publica una lista de jugadoras y se las cita. Cuando vi mi nombre en la lista no tenia idea lo que me estaba pasando, dónde estaba entrando, ¡era el seleccionado nacional! Tenía 18 años y encima encima era cero fanática.



Fichas. Me fui dando cuenta lo que significaba esa convocatoria viviéndolo en primera persona.  Fue clave el primer torneo. Una Champions Trophy. Jugábamos los mejores seis equipos del mundo en Sydney. Cuando tuve a las holandesas como oponentes, dije “no lo puedo creer”. Eran reales, estaban ahí en la misma cancha que yo! Y les teníamos que ganar. Salimos campeonas. Ahí realmente me di cuenta dónde estaba. Después está la reacción de la gente: llueven mails, la repercusión acá de los partidos es increíble, ¡yo nunca lo hubiera creído!



Fichas II. Estar rodeada de jugadoras muy experimentadas también me hizo darme cuenta donde estaba. Te van inculcando valores, transmitiendo experiencias vividas. Yo no te puedo explicar todo lo que aprendí desde que estoy en el seleccionado: valores de equipo, de grupo, formas de manejarse, códigos. Los viajes también te ayudan a crecer un montón, más allá del juego, como persona. Nosotras decimos en chiste pero las veo más a  mis compañeras que a mis hermanas reales. Vivimos tantas cosas y tantas emociones, es difícil explicarlo en palabras.



For export. Pensé en irme a jugar afuera, pero siendo chica siento que tengo que ganarme un lugar. Si me voy me pierdo de jugar en el seleccionado argentino. Yo elegí estar de lleno acá y no perder la posibilidad. Quizás no la pierdo, pero el riesgo es demasiado alto. Hay jugadoras que han formado parte en paralelo del seleccionado y de equipos afuera, pero es difícil. 



Albiceleste. Entro a la cancha con la camiseta. Yo no te puedo explicar lo que es eso. Muy difícil explicar lo que se siente. Pienso en toda la gente que representas  en todo el país. Desde el 2000 creo que fue creciendo la atención de la gente sobre el equipo. Se han ganado un montón de cosas e inconscientemente todas entramos a la cancha con una cierta presión, linda, pero con la idea de que tenemos que dejar a la Argentina bien parada. No es una presión mala, es lo más lindo que te puede pasar estar ahí. Esa remera puesta te transmite tantas valores, valores de grupo. Estar ahí dentro con la camiseta es impagable. Vos estás representando a la Argentina, no podes dejar de correr!  Todo el mundo querría estar ahí, es una sensación muy linda.

 













 

La convocatoria. Todo en general empieza en el club. Te conocen, saben como jugás. Empecé en el seleccionado de Buenos Aires a los 15. Ahí por primera vez vi me acerqué al ambiente del hockey desde la competencia, porque en el club jugábamos pero sin puntos, era otra cosa. Hasta ese momento no moría por el hockey, nunca miraba los partidos, no seguía la selección, nada. 



Hermanas. Mi hermana Daniela es tres años más grande que yo. Empezamos las dos en 2009 en el mayor. Yo siempre digo que debe ser raro verlo de afuera y saber que juego con mi hermana. Me acostumbré a que los momentos importantes del hockey siempre los viví con ella, muy a la par. Cuando lo pienso bien es increíble. Aparte de todo lo que me está pasando como deportista estar con mi hermana es un plus. Soy una privilegiada.



Prioridades. Una vez que jugué la Champions, que salimos campeonas, ver la reacción de la gente, ahí me di cuenta que era eso lo que quería. El estudio nunca lo descarté pero hay momentos de la vida...y en este momento me pasó esto y por algo es. No quiero dejar de estudiar porque se que a la larga no vivís del hockey. Y para la cabeza también. Necesitas despejarte, estar con otra gente.





















 

 





 



Romper. El camino que elegí va más por el lado de no hacer algo porque está estipulado que sea así. Uno tiene que seguir sus instintos de lo que cree que le hace bien en ese momento. Yo se que el camino típico es estudiar una carrera ni bien terminas el secundario, recibirte y trabajar de lo que te recibiste pero creo que está bueno ir haciendo lo que te haga sentir bien. Si no te hace feliz el camino típico, te tomarás un año, trabajarás en algo así te das tiempo a darte cuenta de lo que querés hacer. Quizás un trabajo para la gente es nada y a vos te sirve para crecer. Totalmente opuesto al pensamiento: esto no me va a dar plata, entonces no lo hago. Hacerlo igual. Yo nunca vi al hockey como algo que me daba plata. Hice lo que me gustaba. Tengo la suerte que mis viejos me apoyan y puedo hacer lo que me gusta. Uno nunca sabe lo que le va a pasar. Ahora recibimos el apoyo del gobierno. Yo tengo esa teoría de que todo pasa por algo y si en su momento te hizo bien por algo fue. No te vas a arrepentir.

 









 

 





 

Valores humanos. El deporte me enseño a pensar en el equipo antes que la persona. En un equipo de dieciséis jugadoras es tan importante la que está afuera como la capitana. No funciona si una sola es buena, hay que funcionar en equipo. Todas compartimos ciertas bases: el egoísmo queda de lado, hay un fuerte compañerismo y un fuerte compromiso por el bienestar del resto de las jugadoras.



​La caída.  Mundial de hockey de Rosario de 2010. Estábamos entrenando veinte, íbamos dieciocho al mundial. Me tocó quedarme afuera. Veía a las a las chicas formadas en el himno. Yo quería estar ahí adentro! En el momento fue lo peor que me pudo pasar pero aprendí. Me entrené distinto. Siempre doy el máximo pero inconscientemente algo pasó. Me di cuenta que quería estar pero por mí, porque era lo que más quería en la vida. No para que me elijan. Para Londres mi objetivo era estar, hice todo y por suerte se me dio. No digo que no me haya entrenado y por eso no fui a Rosario, pero todo pasa por algo.



 









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